La protección contra rayos es una preocupación significativa para propietarios de edificios y hogares, especialmente en áreas propensas a tormentas eléctricas frecuentes. Los pararrayos, un invento que data de la época de Benjamin Franklin, continúan siendo una solución efectiva y confiable. Hoy en día no existe tecnología que pueda eliminar totalmente los riesgos por rayos. Sin embargo, estos riesgos se pueden minimizar, para lo cual es fundamental enfocar el problema de una manera holística. En este artículo, explicaremos cómo funciona un pararrayos y por qué es esencial para proteger estructuras y vidas.
Desde la época en que Benjamin Franklin inventó el pararrayos con varillas terminadas en punta aguda (sharp rods en idioma inglés), muchos físicos han mostrado que, bajo fuertes intensidades de campos eléctricos el aire alrededor de la punta se ioniza, creando carga espacial por efecto de descarga corona que actúa para debilitar esos campos.
Un pararrayos es un dispositivo diseñado para proteger estructuras de los efectos destructivos de un rayo. Funciona proporcionando un camino de baja resistencia para que la descarga eléctrica del rayo llegue al suelo, evitando así que pase a través de la estructura y cause daños o incendios.
Terminal Aéreo (Varilla Captadora): Es el punto de contacto inicial para los rayos. Esta varilla metálica se extiende hacia arriba, alejándose de la estructura que protege.
Conductor de Descarga: Un cable de metal pesado conecta la varilla captadora con el sistema de puesta a tierra, guiando la corriente del rayo de manera segura hacia abajo.
Sistema de Puesta a Tierra: Es un conjunto de barras de metal enterradas en el suelo, que disipa la corriente eléctrica del rayo a tierra, estos elementos pueden ser: Electrodos, Anillos y Enmallados.
Cuando un rayo golpea, busca el camino de menor resistencia hacia la tierra. El Sistema de Protección Externa tiene como función esencial interceptar las descargas que se dirigen hacia la estructura, incluyendo aquellas que podrían impactan en sus costados y conducir la corriente del rayo hasta el suelo o terreno dispersando allí la corriente. Este sistema debe dispersar la corriente sin causar daños (por efectos de potenciales de paso y contacto superiores al nivel de inmunidad del ser humano), térmicos, electrodinámicos o mecánicos, ni chispas peligrosas que puedan iniciar un fuego o una explosión.
Para que un sistema de protección contra rayos sea efectivo, debe ser correctamente diseñado e instalado por profesionales. Esto incluye asegurarse de que todos los componentes estén conectados adecuadamente y que el sistema de puesta a tierra esté instalado según las normativas nacionales como . Además, el mantenimiento regular es crucial para asegurar que el sistema funcione correctamente cuando más se necesita.
El mantenimiento del Sistema Integrado de Protección contra Rayos debe ser parte del mantenimiento general de la estructura protegida, para ello deberán tomar en cuenta las siguientes actividades: Inspección de la continuidad de todos los componentes, pozos de puesta a tierra, conductores de cubierta y bajantes, protectores contra sobretensiones (DPS) y revisar la efectividad no se haya reducido después de modificaciones a la estructura o las instalaciones.
Los pararrayos son una tecnología probada y confiable que salva vidas y protege propiedades. Comprendiendo cómo funcionan, podemos apreciar la importancia de implementar y mantener adecuadamente estos sistemas en nuestras casas, edificios, campamentos, etc. donde se identifique el nivel ceráunico del lugar. En un mundo donde el clima extremo se está volviendo más común, la protección contra rayos es más relevante que nunca.
